Mi perro y yo

"Mi hijo quiere un perro y yo no". No es que queramos convencerte pero sí contarte cómo ese huésped nuevo del que ocuparse puede convertirse en tu cómplice educativo.

El 94% de los niños afirma sentirse mejor con un animal de compañía cerca, y el 60% cree que relacionarse con ellos les ayuda a querer y a respetar más a las personas. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del estudio sobre El Vínculo entre Niños y Animales de Compañía, que ha elaborado la Fundación Affinity. Una investigación que, por primera vez, analiza esta temática con niños de nuestro país.

Esta investigación forma parte de la campaña Juntos Crecemos Mejor y sus conclusiones coinciden con diversos estudios internacionales que se han llevado a cabo hasta el momento, y que ponen de manifiesto que los niños no solo tienen una atracción natural por los animales sino que, además, se sienten reconfortados con su compañía.

Maribel Vila, responsable de terapias asistidas con animales de compañía de la Fundación Affinity, explica cómo trabaja en equipo con niños y perros desde la autoestima hasta la frustración:

No hay que olvidar que el perro es un gran motivador y facilitador social. Partiendo de esta premisa podemos trabajar con él cualquier habilidad social. Una dinámica de grupo muy efectiva para trabajar los límites consiste en explicarles que durante los tiempos de descanso de los animales no se les puede molestar ni jugar con ellos.

Y cuando alguno de los chicos se salta esa norma, automáticamente se le aparta del grupo cinco o diez minutos, de forma que no pueda participar en el siguiente juego. Pasado ese tiempo de sanción se le reintegra en el equipo. A la hora de abordar el tema de la frustración, algo que les cuesta mucho porque están acostumbrados al quiero esto y lo quiero ya, lo hacemos con ejercicios en los que los resultados se ven a largo plazo, en varias jornadas, como por ejemplo enseñar al perro a montar en monopatín.

Como el adiestramiento del perro es progresivo, el niño aprende a respetar los tiempos del animal, a ser tolerante con él, porque se da cuenta de que su compañero canino se siente inseguro sobre el monopatín y por último el menor descubre que esta experiencia requiere esfuerzo y constancia como tantas veces sucede en la vida.
Descarga el artículo: Mi perro y yo publicado por la revista Telva

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