Conozca el Perro Residencial

Si está interesado en los beneficios de las terapias asistidas con animales, debe saber que existen diferentes modelos y conocerlos le ayudará a determinar cual se ajusta mejor a sus necesidades. En este artículo desgranaremos el modelo conocido como Perro Residencial.

Antes de tener un perro residencial es muy importante que el centro adquiera conciencia sobre la responsabilidad que requiere la convivencia y cuidado de una mascota los 7 días de la semana, 365 días al año y durante toda la vida del animal. Tener un perro residencial conlleva responsabilidad y trabajo y del centro dependerá el bienestar del perro.

El programa y sus características

  • El animal vive permanentemente en el centro

  • La ayuda que presta el animal viene determinada por dos fines: Por un lado, disfrutar del beneficio que cualquier animal de compañía proporciona y luego beneficiarse del animal en sesiones programadas de terapias asistidas

  • Las intervenciones deben estar conducidas por profesionales del centro (psicólogos, fisioterapeutas, educadores…)

  • Las sesiones se pueden trabajar de manera grupal o individual

  • Pueden emplearse tres prácticas: Actividad Asistida con Animales (A.A.A), Terapia Asistida con Animales (T.A.A.) y Educación Asistida con Animales (E.A.A.)

  • Una correcta implicación de los profesionales del centro asegurará el correcto bienestar del animal

  • El animal siempre debe tener como mínimo dos referentes que atiendan y estén pendientes de sus necesidades

  • El bienestar del animal durante toda su vida no debe verse alterado por los cambios en el personal del centro, eso incluye la dirección

  • La formación de los profesionales del centro sobre educación canina y el uso del animal en las sesiones de terapias será determinante para desempeñar correctamente el programa

  • Es necesaria la vinculación emocional entre el animal y las personas responsables de él

  • Diseñar un programa de trabajo con horarios y días será determinante para no sobrecargar al animal. Hay que tener en cuenta también que cuando el animal sea mayor habrá que relevarle de sus tareas

  • Asegurar una buena condición física y mental del animal requiere de un gasto económico a tener en cuenta. La alimentación, la salud o el adiestramiento así lo requiere

Responsabilidad y bienestar animal

  • El animal debe disponer de un espacio propio donde poder descansar así como de un espacio adecuado para jugar. También habrá que sacarlo con frecuencia

  • No debemos cargar al perro con muchas horas de trabajo

  • Es imprescindible controlar su dieta. La obesidad es un problema recurrente en centros

  • El animal necesitará socialización y hacer suficiente ejercicio. No importa si el centro dispone de amplios espacios igualmente deberá salir a la calle de manera regular

  • A pesar de que los paseos con usuarios suele ser parte de los programas es importante que el perro también salga del centro sin pacientes para poder disfrutar de paseos y salidas como otro perro cualquiera

  • El adiestramiento del animal se llevará a cabo siempre a través del refuerzo positivo

  • Es conveniente que el perro tenga acceso al mayor número posible de estancias del centro

  • El centro debe disponer de un veterinario de urgencia 24 horas y su número de teléfono estará en un lugar destacado y de fácil acceso

Beneficios que puede aportar un perro residencial

  • Normaliza la institución. Para muchos usuarios el perro del centro pasa a ser su mascota.  Hay que pensar que muchos pacientes han dejado mascotas antes de entrar en un centro residencial

  • Los usuarios pasan de ser cuidados a ser cuidadores, por lo tanto dota de responsabilidad  a los residentes

  • Aumentan  las relaciones sociales tanto internas como externas. Muchos centros residenciales ven aumentar la visita de los familiares cuando hay perros residenciales

  • Aumenta el deseo y disposición para involucrarse en actividades grupales y de  trabajo en equipo

  • Ayuda a la mejora en la adquisición de hábitos (higiene, alimentación,  educación)

  • Desarrolla  la empatía hacia otros seres vivos

  • Proporciona una fuente de diversión

  • Crea lazos emocionales con los usuarios

  • Reduce la sensación de soledad y estrés entre otros

Como habéis comprobado un perro residencial puede ser sin duda una elección más que acertada siempre y cuando se tengan en cuenta todos los factores mencionados. No obstante nos gustaría destacar que el bienestar animal es tan importante como el de las personas que conviven en el centro. El perro residencial se convertirá en el animal con más amigos que jamás haya imaginado.