Ética o decálogo de buenas prácticas de las Terapias Asistidas con Animales

Las Terapias Asistidas con Animales han generado un gran interés en los últimos años. Actualmente son muchas las entidades y personas que las realizan, no siempre con los conocimientos adecuados ni con las medidas de seguridad ideales. Por desgracia, la mayoría de comunidades autónomas no poseen la legislación pertinente sobre esta nueva profesión, hecho que a veces desencadena en una praxis pobre o poco ética.

Hay que recordar que para que pueda llamarse Terapia Asistida con Animales debe existir siempre la presencia de un profesional de la salud o la educación. A su vez, es indispensable que los animales estén preparados y disfruten con el trabajo. No tendría sentido beneficiar a los usuarios a costa de un animal.

He aquí un pequeño decálogo de buenas maneras y consideraciones a tener en cuenta.

Desde el punto de vista del paciente

  • Tratar siempre con respeto al paciente, independientemente de su discapacidad
  • Procura explicar la actividad acorde el nivel de comprensión del paciente
  • Buscar el consentimiento del paciente –a menos que se trabajen fobias– o del tutor legal en caso de que sea una persona discapacitada. Hay que respetar cuando un usuario no quiera trabajar con animales
  • Pedir consentimiento del centro, del paciente y/o familiar para sacar fotografías o vídeos
  • No invadir su espacio vital
  • Tener en cuenta la filosofía del paciente (religión, creencias, cultura…)
  • Buscar siempre la mejora del paciente, no su empeoramiento

Desde el punto de vista del animal

  • Nunca anteponer la actividad o terapia al bienestar del animal
  • Preguntarnos si nuestro perro disfruta con las visitas y el trabajo
  • En el más ideal de los casos los programas deberían beneficiar a los animales, así como los seres humanos. Como mínimo nunca deberían ser perjudiciales para los animales
  • Conocer los estados mentales y físicos de nuestros animales para poder trabajar (señales de stress, ansiedad, miedos…)
  • No excederse nunca del tiempo recomendado por sesión
  • No forzar nunca la interacción con un usuario si hay conflictos
  • Tratar siempre con respeto al animal
  • Adiestrar siempre de manera positiva
  • Los animales deben estar limpios y aseados para las sesiones
  • Es imprescindible los controles veterinarios así como las desparasitaciones internas y externas para prevenir zoonosis
  • Buscar siempre el buen manejo del animal y las buenas prácticas

Desde el punto de vista del técnico en terapias asistidas con animales o guía

  • Es nuestro deber formarse de manera adecuada y profesional
  • Aprender sobre las patologías humanas y sus necesidades
  • Aprender sobre adiestramiento y necesidades de los animales
  • Ser respetuoso en todos los momentos con los usuarios, los profesionales y los trabajadores del centro
  • Disponer de seguro de responsabilidad civil para la práctica de nuestro trabajo

Desde el punto de vista del centro

  • No crear falsas expectativas hacia el programa ni sus resultados
  • Intentar trabajar siempre en equipo junto con los profesionales del centro
  • Intentar NO alterar la rutina del centro en la medida de lo posible
  • Intentar ser lo más higiénicos posibles hacia el espacio y usuarios


No olvides que estos códigos van más allá de unas meras normas. Mientras no exista una legislación que ampare la práctica de las Terapias Asistidas con Animales, es imprescindible una buena praxis por parte de todos los profesionales que nos dedicamos a este campo.