Los animales cambian vidas

Desde Fundación Affinity hemos impulsado programas de terapias asistidas con perros en prisiones desde el año 2008, en 14 centros penitenciarios de España, beneficiando a casi 1000 internos. Antonio ha sido uno de esos internos, participando durante más de 7 años en un programa en el que cuidó y convivió con Princess y Rey, dos perros de terapia que cambiaron su vida.

Antes de participar en el programa, Antonio tenía aspiraciones muy contrarias a la sociedad y a la convivencia. Pero después de su experiencia con Princess y Rey en prisión, sus objetivos de vida cambiaron y Antonio tomó un rumbo más pacífico e ilusionante. En palabras suyas, “Antes de conocer a Princess y a Rey, mi objetivo en la vida era ser el atracador más viejo de España. Yo solo pensaba en delinquir, hasta que conocí a unas personas maravillosas que confiaron en mí y a unos perros que cambiaron totalmente mi forma de ser y de pensar”.

Gracias a un estudio elaborado por la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la UAB y la dirección general de Instituciones Penitenciarias, hemos comprobado que las Terapias Asistidas con Animales de Compañía son tan efectivas como la terapia psicológica u otras actividades terapéuticas grupales en el contexto penitenciario. En estas terapias los internos se responsabilizan de los cuidados, alimentación, higiene, ejercicio y paseos del animal, siempre con el acompañamiento de los educadores, psicólogos y funcionarios especializados de la prisión. La interacción guiada con los perros ha demostrado su efectividad para mejorar las relaciones entre los internos, disminuir la ansiedad, contribuir a la estabilidad emocional, mejorar la adaptación al medio y fomentar la participación en otras actividades. El caso de Antonio es un buen ejemplo, ya que después de muchos años en prisión, su vida cambió gracias a su participación en el programa de terapias, al vínculo afectivo que formó con los animales y el equipo de personas que hay detrás. Un ejemplo de estas personas es Ana, que forma parte del equipo de profesionales de la prisión, a quien Antonio siempre le agradece que creyera en él. 

La creciente implicación de Antonio permitió que la junta directiva del centro penitenciario aceptara que él se convirtiera en el cuidador y principal responsable de los perros. De hecho, su compromiso fue tan grande que en varias ocasiones prefirió quedarse en el centro cuidando a Princess y a Rey que aprovechar las salidas concedidas al obtener el Tercer Grado penitenciario.

El año 2021, cuando Antonio obtuvo la libertad condicional, planteó la posibilidad de adoptar a los perros del programa de terapias. Después de 7 años de cuidado y compañía, tenía sentido que Antonio, Princess y Rey tuvieran un destino en común y una nueva experiencia juntos. Es por esto que junto a la dirección del centro penitenciario, desde Fundación Affinity vimos con claridad que, después de tantos años de servicio en el programa de terapias, los perros fueran adoptados por Antonio y siguieran una vida juntos en otro entorno. Antonio lo explicaba así:  “Son perros mayores, de terapia, y estaban a punto de jubilarse. Por ello, pedí adoptarlos y empezar una nueva vida junto a ellos. Al fin y al cabo, ¿quién mejor para cuidarlos que la persona que ha estado con ellos más de siete años?”. 

Actualmente, Antonio tiene cerca de 70 años y en compañía de Princess y Rey vive una segunda oportunidad, tiene un motivo para empezar de nuevo y disfrutar de su libertad. Antonio se ha comprometido con los animales y la naturaleza, por eso ha encontrado su lugar trabajando en un santuario de animales y compartiendo el máximo tiempo posible con sus perros. Su historia es una historia emocionante y ejemplar, que nos enseña cómo el amor y el respeto por los animales ayudan a cambiar vidas

Los animales cambian vidas, la de Antonio y la de muchas personas. ¿Quieres contarnos tu historia? ¡Tenemos un lugar especial para que lo hagas!