¿Perro cachorro, adulto o senior?

La mayor parte de cachorros con sus formas redondeadas y movimientos inseguros tiene un aspecto irresistible para muchas personas, pero ¿es la mejor elección para todos? ¿Cómo influye la edad de adopción del perro en la relación con su propietario? Y ¿es verdad que un perro mayor no vuelve a formar vínculos afectivos con los nuevos propietarios?

¿Cachorro, adulto o senior?

Un cachorro, siempre, quiere decir dedicación y paciencia porque necesita aprender todo: (y si viven en una casa?), control de pipis y cacas, jugar de manera correcta, familiarizarse con personas y situaciones, diferenciar sus juguetes de los objetos de decoración de la casa realizar una buena socialización con otros perros y, en general, controlar su energía. Así que un cachorro no es la primera opción para personas que pueden dedicar poco tiempo a su educación o no tengan paciencia para enseñarlos en ese periodo de vida tan importante. Además un cachorro no ha desarrollado todavía su carácter definitivo y no se puede prever con precisión (si es de raza si que se puede predecir el tamaño, también por la morfología del perro se puede saber aprox.) el temperamento que tendrá de adulto. Por otro lado, un cachorro se puede adaptar con más facilidad al entorno doméstico especifico donde vivirá. Para adoptar un cachorro, la edad ideal es 8 semanas de vida, para garantizar su correcto desarrollo. Una separación demasiado temprana de la madre y hermanos puede hacer que desarrollen problemas de comportamiento o miedos.

En relación con perros adultos y mayores, no hay sorpresas sobre su tamaño, características físicas y temperamento: ya se sabe si el perro tiene tendencia a ladrar, si es tolerante hacia niños, si es juguetón con otros perros, si es un perro nervioso o más bien tranquilo, etc. Además un perro adulto, ya sabe hacer sus necesidades en la calle (si ha vivido en un piso si no, no) y no suele tener la tendencia típica de los cachorros a explorar el ambiente con la boca, tendencia que suele acabar con algún destrozo en casa. Estas características convierten estos perros en una buena opción para propietarios con poca experiencia en criar cachorros o con poca dedicación en el periodo de aprendizaje de un cachorro. Con respecto al nivel de energía, un perro adulto joven puede ser todavía muy activo y adaptarse bien a propietarios que quieren realizar ejercicio físico con el perro, mientras que un perro más mayor suele ser menos activo y adaptarse mejor a otro tipo de propietario más sedentario. (damos por hecho que un perro adulto de protectora siempre ha vivido en una casa, con gente. Hay muchos perros que los han tenido en el campo, atados en cadenas que no han tenido ningún contacto con humanos…) También es importante recalcar que un perro adulto, adoptado, puede formar fuertes vínculos afectivos con los nuevos propietarios sin problemas sea cual sea su pasado.

Sin embargo, en algunos casos adoptar un perro adulto o mayor puede necesitar un cuidado especial: es el caso de los perros que han sido abandonados debido a problemas de comportamiento o miedos que podrían hacer más delicada su integración en el nuevo hogar además de necesitar ayuda con especialista de comportamiento animal. También los perros senior suelen tener menor expectativa de vida y, a menudo, necesitan más cuidados veterinarios y más inversión económica que perros más jóvenes.

Ningún perro es perfecto y cada decisión tiene sus pros y contras. Sin embargo, sea cachorro, adulto o mayor, un perro se puede convertir en un gran compañero de vida con el cual poder compartir momentos de cariño y diversión.