Viajar con gatos en coche

Gato recostado sobre una ventana

La mayoría de los gatos no están acostumbrados a viajar en coche y sacarlos de su entorno puede resultarles muy estresante. Si el viaje es solo por uno o dos días podrías plantearte si realmente vale la pena. Si, por el contrario, el viaje está planeado para una estancia mayor, es mejor que hagas del viaje una experiencia agradable y que tu gato poco a poco se prepare para esta aventura. Sigue estos pasos:

1. Prepara el trasportín

Antes de nada, escoge el trasportín más adecuado, cuanto más grande sea, más posibilidades tendrá nuestro animal de estar cómodo: el gato debe tener la posibilidad de moverse y dar la vuelta en su interior. Existen muchas medidas, calcula también que encaje con las dimensiones de tu coche.

Para que tu gato se vaya acostumbrando al trasportín, un par de días antes del viaje deja juguetes suyos dentro de él, también puedes meter una de sus mantas o algún snack y dejar que interactúe, ya verás que el día del viaje todo le resultará más familiar. Si además rocías el trasportín con feromonas felinas, será más fácil que el gato acepte entrar.

2. Prepara el cajón de la arena

Si el cajón de la arena de casa es demasiado grande puedes fabricar uno con cartón o buscar otro de menor tamaño en tu tienda favorita. Si definitivamente no tienes espacio suficiente, puedes poner un empapador para evitar sorpresas y mantener su sitio limpio.

3. No le des de comer antes de viajar

Procura no darle de comer en horas previas al viaje para evitar que tu gato tenga mareos y sobre todo, no olvides su equipaje: agua, comida, comedero, juguetes y su documentación (cartilla sanitaria, certificado de buena salud, pasaporte si viajas a otros países, etc.). Tener en cuenta todo esto es imprescindible para que juntos podáis disfrutar en esta aventura.


4. Asegura su trasportín en el coche

Debes asegurarte de que el trasportín no se moverá bruscamente, por ejemplo puedes dejarlo en el suelo de uno de los asientos traseros o encima de un asiento, pero con el cinturón de seguridad puesto. Debes escoger un lugar del coche en el que esté bien asegurado y que también esté bien ventilado.

Piensa que tu animal ha cambiado su acogedora casa por un ruidoso coche y un trasportín. Estará desubicado y estresado, por lo cual es muy probable que maúlle mucho durante el viaje. Háblale y hazle saber que estás ahí y sobre todo no ten paciencia; que reconozca tu voz será imprescindible en estos momentos. Si viajas acompañado, procura que todos los demás también estén tranquilos y hablen con él para relajarlo.

5. Realiza paradas

Al cabo de un rato, el gato se acostumbrará al coche, pero ¡cuidado!, evita trayectos de más de dos horas seguidas: las paradas sirven para darle de beber, sacarlo del trasportín y dejar que se mueva dentro del coche. También es importante acariciarlo y dejar la bandeja de la arena cerca suyo.

Si el gato está acostumbrado a salir a pasear y disfruta, puedes aprovechar la parada para ponerle su arnés, dar una vuelta, y de paso, tomar una foto para recordar el momento. Durante la parada, si hace calor, no dejes al gato encerrado en el coche, ni siquiera en la sombra: la temperatura elevada puede provocar un peligroso golpe de calor.

Durante la parada, si hace calor, no dejes al gato encerrado en el coche, ni siquiera en la sombra: la temperatura elevada puede provocar un peligroso golpe de calor.

6. Ofrécele algo de comer cuando llegues a tu destino

Cuando hayas llegado a tu destino ofrécele algo de comer a tu gato, aunque al principio no le apetezca, seguramente en cuanto se habitúe e investigue la estancia, comerá como siempre.

Disfruta del viaje y recuerda que viajar es una buena forma de aprender mucho más sobre lo que le gusta a tu gato y darle los mejores cuidados.